Estrellas.

¡Buenas tardes! Somos Coral y Andrés, y esta semana  nos ha tocado ser las estrellas del grupo.
Además de poneros la información escrita sobre la superficialidad del conocimiento, os dejamos aquí un video para que se os haga más amena la explicación.

 Nuestro trabajo de esta semana trata de la superficialidad del conocimiento.
 Entendemos como conocimiento superficial aquel que no profundiza, que no se encarga del proceso de conocer, únicamente de la observación sensorial.
 Leemos titulares sin ver la noticia, vemos vídeos y los adelantamos con el control de reproducción, nos fijamos solo en las tragedias de otros países dejando de lado otros aspectos importantes.
 No comprendemos, nos construimos como máquinas en vez de usar estas para el avance. No indagamos, no nos detenemos, no profundizamos, somos solo superficie.
Seleccionamos información y nos quedamos solo con una pequeña parte de ello. Vemos titulares y cosemos la propia venda que nos cegará ante la verdadera noticia.
 Bienvenidos al mundo del siglo XXI, un mundo donde se ha acabado el sacrificio y el esfuerzo que nos lleva a la consecución del conocimiento.
Nadie va más allá, nadie tiene la intención de salir del tiesto, todos iguales.
 No hablamos de igualdad ante la ley, hablamos de una sociedad mecanizada incapaz de progresar, hablamos de la igualdad en un contexto que nos marca bajo las perversas líneas de un código de barras. Nicholas Carr afirma que el mal uso de las nuevas tecnologías ha hecho que reduzcamos la capacidad de nuestro cerebro para construir estructuras estables de conocimiento. Una mera cultura general que nos aleja de la realidad que nos circunda.
Mario Vargas Llosa nos describe como incapaces de leer un Quijote, somos débiles en la lucha contra molinos, estos no mueven los vientos de nuestro interés.
  Avanzamos tecnológicamente y volvemos atrás con respecto a nuestra libertad crítica, marionetas en manos de las nuevas tecnologías, cuyos hilos agradan a nuestras muñecas y no estamos dispuestos a romper. Personas incapaces de crear un pensamiento puro e innovador, personas con una mascará que oculta el verdadero rostro de una sociedad que pretende someternos y guiarnos hacia la estupidez de quien dirige.
 En la educación está el cambio. En ti está el cambio.
 Avanzamos vertiginosamente sin darnos cuenta de que no cambiamos, de que nuestras pupilas no ven más allá, y que en ese más allá está el progreso. Quizás sea difícil descubrir nuestro rostro de tanta hipocresía pero con ayuda, siendo conocedores de la que la batalla es conjunta todo es posible.
Aristóteles decía que los grandes conocimientos engendran grandes preguntas, hoy eres tú el que debe preguntarse si estamos dispuestos a tomar las nuevas tecnologías como fuente generadora de problemas o si empezaremos a verlas como unas aliadas.
Porque pueden intentar maquillarnos y hacernos seres superficiales, pero jamás detendrán nuestras ganas de luchar.
Esperamos que os haya gustado.
¡Un saludo, y nos vemos la semana que viene!